perdida-en-su-mirada

    “-Me gustas -dijiste apenas descolgué-. Realmente. Pero no sé que piensas al respecto. Nunca dices nada sobre el tema. No sé si me odias, si me adoras, si me amas o si no quieres verme nunca más. Respiré hondo. Realmente no quería tener esa conversación. No estaba lista para decir, ni para decidir nada siquiera, pero tenías razón. Yo simplemente evadía el tema, lo vadeaba como vadeaba los charcos grandes para no mojarme ni hundirme más. -¿Estás ahí? -preguntaste, al ver que yo no respondía. -Sí -murmuré y apreté con más fuerza el teléfono contra mi oreja. -Entonces… ¿qué dices? ¿Sientes algo por mí? ¿Te gusto? ¿Me odias? Tomé una respiración profunda. -Sí. -¿Sí que? -preguntaste, tu voz toda confusa. -Sí, eso -dije-. Sí me gustas, y sí te odio también. Reíste aliviado. -Lo del odio se puede arreglar, pero empezaba a preocuparme no estar haciendo lo suficiente por gustarte. -Como si tuvieras que esforzarte para hacerlo -apenas lo dije me arrepentí. Y pude escuchar tu risa dulce y bonita del otro lado del teléfono.”

    — Como sobrevivir a corazones rotos. (via letraslibrosyfrases)